Por el contrario a lo que se podría pensar, el 70% del agua que se consume en México proviene de aguas subterráneas. Los lagos y los ríos no tienen la capacidad de abastecer las necesidades debido a escases, contaminación y costo económico de traslado del líquido.
Las aguas subterráneas provienen de la infiltración en el terreno de agua de lluvia, lagos y ríos, que después de pasar la franja capilar del suelo, circulan y se almacenan en formaciones geológicas porosas o fracturadas, denominadas acuíferos.
La perforación de pozos ha venido a ser una solución práctica y eficiente para obtener esa agua de los acuíferos y asegurar el abasto por un largo tiempo, los costos son considerablemente más económicos y en la mayoría de ocasiones el costo del proceso de potabilización queda al alcance del usuario, ya que una de las grandes ventajas de las aguas subterráneas es que generalmente son de buena calidad para consumo humano por estar protegidas naturalmente, por capas de suelos o rocas que tienen la capacidad de atenuar, retardar o retener algunos contaminantes, además de ser menos susceptibles que las aguas superficiales a cambios climáticos.
La profundidad de un pozo es variable, dependiendo de la región y de la profundidad a la cual se encuentra la estructura geológica o formación seleccionada con posibilidades de contener agua.
La etapa de perforación se inicia acondicionando la plataforma de trabajo y caminos de acceso, puesto que el equipo de perforación moviliza herramientas y vehículos voluminosos y pesados. La primera etapa de la perforación de pozos es de carácter exploratorio hasta la profundidad proyecto. El siguiente paso es la ejecución de un estudio llamado registro eléctrico que se efectúa en el interior del pozo para determinar las condiciones de filtración del líquido en el pozo, estos resultados definirán si será necesario seguir con la segunda etapa llamada de ampliación.
La etapa de ampliación es necesaria para dar el espacio requerido de diámetro para la colocación del ademe del pozo, aplicación de filtro y colocación de sello sanitario.
El proceso de lavado del pozo con aplicación de desincrustante de arcillas, es con el que se da por terminada la obra.